Québec es predominantemente francófono, y esta herencia lingüística desempeña un papel importante en su música. La chanson québécoise, o canción quebequense, es un género profundamente arraigado en las tradiciones francesas. Artistas como Félix Leclerc y Gilles Vigneault son célebres por sus contribuciones a este género. Sus canciones se centran a menudo en temas de identidad, amor y belleza natural de la provincia. La tradición musical folclórica de Quebec es también muy vibrante, con un fuerte énfasis en los violines, los acordeones y los ritmos de zapateado. Las melodías folclóricas tradicionales, conocidas como "reels", son vivas y enérgicas, y suelen ir acompañadas de intrincados pasos de baile. Este género ha resurgido en popularidad en los últimos años, con grupos como La Bottine Souriante, que mezclan sonidos tradicionales con influencias contemporáneas. Quebec también cuenta con una próspera escena musical de rock y pop, con artistas como Celine Dion, Arcade Fire y Simple Plan, que han alcanzado fama internacional. Celine Dion, en particular, es una de las artistas más vendedoras de todos los tiempos y es originaria de Charlemagne, Quebec. La industria musical de la provincia cuenta con sus propios sellos discográficos y festivales de música.
Lalengua francesa es una parte integral de la vida cotidiana en Québec, la ciudad celebra su identidad cultural a través de eventos como el Festival de Verano de la Ciudad de Québec. La ciudad también abraza su cultura de invierno, con actividades como el patinaje sobre hielo en la Place D'Youville y el Carnaval de Invierno de Québec, donde reina Bonhomme Carnaval, la icónica mascota del festival, un muñeco de nieve. El compromiso de la ciudad de Québec con la preservación de su patrimonio queda patente en la conservación arquitectónica del casco antiguo y en su condición de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La historia de la ciudad de Québec se remonta a su fundación en 1608 por Samuel de Champlain. Las fortificaciones de la ciudad, incluida la impresionante Citadelle de Québec, cuentan la historia de su importancia estratégica durante los conflictos coloniales. La llanura de Abraham, donde tuvo lugar la batalla de Québec en 1759, es ahora un parque histórico y un símbolo de la herencia francesa y británica de Canadá. El casco antiguo de Québec es un museo viviente, con calles adoquinadas, arquitectura del siglo XVII y lugares emblemáticos como el emblemático hotel Château Frontenac. La historia de la ciudad como colonia francesa y su papel en el desarrollo de Canadá la convierten en un destino cautivador para los amantes de la historia.