Christchurch, situada en Nueva Zelanda, ha dado lugar a una variada gama de géneros y talentos musicales. Entre los artistas de Christchurch destacan Teddy Tahu Rhodes, reputado cantante de música clásica y ópera, y Lawrence Arabia, músico de pop indie conocido por sus melodías y letras pegadizas. Dudley Benson, artista de pop experimental, ha sido aclamado por la crítica por su mezcla de sonidos electrónicos y tradicionales maoríes. Cairo Knife Fight, un dúo de rock, cautiva al público con sus enérgicas actuaciones y su sonido descarnado.
Además, Christchurch ha sido cuna de varias bandas y solistas locales que han dejado su huella en la escena musical. Desde músicos de jazz hasta una amplia gama de otros talentos y géneros musicales. Ya sea clásica, jazz, rock o experimental, Christchurch ofrece una plataforma para que los artistas se expresen y conecten con el público.
La ciudad alberga diversas instituciones y actos culturales que celebran el arte, la historia y las tradiciones locales. La Christchurch Art Gallery Te Puna o Waiwhetū exhibe una amplia colección de obras de arte, tanto locales como internacionales, que ofrecen a los visitantes una visión de la vibrante escena artística de la ciudad. La ciudad también valora su patrimonio maorí y fomenta el intercambio cultural a través de actos como el festival anual Ngāi Tahu, que celebra las tradiciones y contribuciones de la comunidad maorí local. Christchurch también acoge festivales y eventos como el World Buskers Festival y el Christchurch Arts Festival, que reúnen a artistas de diversas disciplinas y ofrecen una plataforma para la creatividad y la expresión cultural.
Tras los devastadores terremotos de 2010 y 2011, la ciudad adoptó el arte público como forma de reconstruir y revitalizar sus espacios. Se pueden encontrar murales, esculturas e instalaciones vibrantes por toda la ciudad.
La historia de Christchurch está entrelazada con la de los colonos maoríes y europeos. A mediados del siglo XIX, la Asociación de Canterbury planificó el asentamiento de la ciudad, atrayendo a inmigrantes ingleses que buscaban una nueva vida en Nueva Zelanda. Esta herencia colonial sigue patente en la arquitectura de la ciudad, con bellos edificios históricos como la catedral de Christchurch y los edificios del Consejo Provincial de Canterbury.