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Pekín (chino: 北京), el corazón cultural de China, presume de una escena musical diversa y rica que mezcla melodías chinas con géneros contemporáneos. La música tradicional china, caracterizada por instrumentos como el guzheng (古筝) y la pipa (琵琶), resuena en lugares como el Centro Nacional de las Artes Escénicas (国家大剧院), que muestra el antiguo patrimonio musical del país. Además de música tradicional, Pekín acoge conciertos y festivales de diversos géneros, desde orquestas hasta actuaciones de rock moderno y EDM. Los locales de música en directo de la ciudad, como Yugong Yishan (驭哥驿站) y Mao Livehouse (毛里求斯现场), están dirigidos a los entusiastas de la música y ofrecen plataformas para artistas locales e internacionales. Los festivales de música de Pekín, como el MIDI Music Festival (迷笛音乐节), celebran el variado panorama musical de la ciudad, invitando al público a experimentar la fusión de tradición e innovación.
Pekín ha dado lugar a multitud de músicos y bandas influyentes que han configurado profundamente la escena musical de la ciudad. Una de estas figuras icónicas es Cui Jian (崔健), a menudo aclamado como el "Padre del Rock Chino". La atrevida fusión de Cui Jian de música rock con sonidos tradicionales chinos y letras conmovedoras desafió las normas sociales y desencadenó una revolución musical en la década de 1980. Su célebre canción " Nothing to My Name (一无所有)" se convirtió en un himno para una generación que buscaba el cambio y la autoexpresión, y dejó una huella indeleble en el patrimonio musical de Pekín.
En el panorama musical contemporáneo, grupos como Hanggai (杭盖) han mezclado a la perfección la música tradicional mongola con elementos modernos, cautivando al público no sólo de Pekín sino de todo el mundo. Su enfoque innovador ha revitalizado las melodías tradicionales, haciéndolas relevantes para el público más joven y preservando el patrimonio cultural. Además, el grupo de rock indie Hedgehog (刺猬) ha desempeñado un papel fundamental en la configuración de la escena musical alternativa de Pekín. Su energía contagiosa y sus melodías pegadizas han calado en el público local, inspirando a una nueva ola de músicos y contribuyendo significativamente a la diversidad musical de la ciudad.
La cultura de Pekín es un tapiz tejido con tesoros históricos, maravillas artísticas y avances modernos. Los lugares de la ciudad declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como la Ciudad Prohibida (故宫) y la Gran Muralla China (长城), reflejan su pasado imperial y su grandeza arquitectónica. La escena artística de Pekín florece en distritos como la Zona Artística 798 (798 艺术区), un centro de galerías y estudios de arte contemporáneo, que exhibe la creatividad de los artistas chinos. El patrimonio culinario de la ciudad, en el que destacan el pato pekinés (北京烤鸭) y el dim sum (点心), hace las delicias de los amantes de la gastronomía, mientras que sus bulliciosos mercados nocturnos, como el de la calle de aperitivos Wangfujing (王府井小吃街), ofrecen una aventura gastronómica. Los festivales de Pekín, como el Festival de Primavera (春节) y el Festival del Medio Otoño (中秋节), encapsulan las tradiciones chinas, invitando a locales y visitantes a participar en celebraciones culturales que han perdurado durante siglos.
La historia de Pekín abarca más de tres milenios, lo que la convierte en una de las ciudades más antiguas del mundo con un rico legado cultural. Como capital de varias dinastías chinas, incluidas la Ming y la Qing, Pekín se convirtió en un centro de influencia política, económica y cultural. La importancia histórica de la ciudad queda patente en maravillas arquitectónicas como el Templo del Cielo (天坛) y el Palacio de Verano (颐和园). En el siglo XX, Pekín desempeñó un papel fundamental en la fundación de la República Popular China bajo el liderazgo del presidente Mao Zedong.